Estas reacciones tienen como objeto afirmar su personalidad y demostrar su poder; y a
veces lo hace de forma radical, por ello es importante para los padres saber
cómo actuar para que las rabietas no se conviertan en la manera normal de que
el niño consiga lo que quiere.
Son situaciones muy difíciles para los
padres, pero es imprescindible hacer entender al niñ@ que NUNCA va a conseguir
lo que quiere de esa forma (NUNCA), y la mejor forma de que las rabietas
desaparezcan será NO PRESTANDOLES ATENCIÓN MIENTRAS DURA. (Eso no quiere decir
que no vigilemos atentamente que el niño esté siempre en un ambiente seguro y
sin riesgos)
Algunos
consejos importantes:
-EL ADULTO NO DEBE PERDER LOS NERVIOS, ni gritar ni dar un azote en estos
momentos, somos modelos para el niño y además de aumentar la intensidad de la
rabieta enseñaremos al niñ@ a hacer lo mismo.
-NO PRESTAR ATENCIÓN, si estamos hablando seguiremos
haciéndolo, si tenemos otros niños cerca podemos prestarles atención a
ellos, ya que tienen una buena conducta y es la que queremos premiar. No
debemos mirarlo. Al terminar la rabieta sí que debemos darle mucho amor y
cariño.
-Si estamos en casa, podemos llevarle a su
habitación y únicamente decirle que cuando se calme volveremos a por él/ella.
-Cuando
esté calmado es cuando tenemos que volver a prestarle atención y no antes y
explicarle que esa conducta no nos gusta. Debe aprender que nunca conseguirá lo que quiere con sus rabietas.
-Igualmente, debemos premiar su conducta cuando haga las cosas bien y
darle alternativas a sus comportamientos.
-Debe
TENER CLARAS CUALES SON LAS NORMAS (no pegar a…, no gritar…las normas deben
ser concretas), y cuáles son las consecuencias. Y SIEMPRE CUMPLIR LAS CONSECUENCIAS, si un día se aplica la consecuencia de
incumplir una norma pero al día siguiente no lo hacemos, el niño aprende que
hay veces que se puede salir con la suya y no cederá en las rabietas.
-Hay que tener en cuenta que en un primer
momento, al aplicar este método, se intensificarán las rabietas (sobre todo si
antes le eran efectivas), pero es normal, el niño se ve desafiado y no le
gusta, pero no se puede ceder en este momento, ya que poco a poco, cuando el
niño se da cuenta que no va a conseguir las cosas de modo violento, las
rabietas irán desapareciendo progresivamente, cada vez serán menos tanto en
cantidad como en intensidad hasta su total desaparición.
También conviene averiguar qué situaciones pueden provocarlas, por
ejemplo si se producen en determinados lugares, con determinadas personas, por
algunos objetos, antes de comer o dormir….para así poder anticiparnos y
prevenirlas.
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